No son asunto de apaisadas

Las verticales te llevan por un camino profundo, subjetivo, sin dispersión,

casi sin explicación y sin especificar el origen de sus líneas o formas,

Las verticales se esparcen en espacios compositivos «adrede» sin terminar

jugando a no mostrar.

Trinidad, Cuba

Es como si quisieran llevarte a extraños episodios que no se detallan al comienzo de la observación

que no agregan más de lo que sugieren.

Las verticales se limitan a amar las imprevistas líneas que cruzan

se nutren de triangulaciones de colores, de formas

que le dan un gran sentido profundidad o un movimiento voraz casi de lejanía.

La Habana

A las verticales les encanta no enseñar lo que le agrada tanto a las apaisadas

quizás porque estas últimas están condenadas a rellenar «con ciertos criterios» los rincones.

Las verticales enseñan a las fotografías a ser diferentes, huyen de la representatividad prosaica.

Figueres

Se expresan como lentas gotas que se desparraman ansiosas en el cubículo visual, desde el cielo a la tierra

aunque mirar desde la tierra al cielo le agrade más al fotógrafo amigo de las verticales y ambos se atraen como opuestos.

Las verticales necesitan más concentración visual para extraer todo el ruido del entorno.

Nota: Copyright de todas las imágenes: Marcelo Caballero 2023

Acerca de marcelocaballero

Marcelo Caballero. Fotógrafo, poeta
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4 respuestas a No son asunto de apaisadas

  1. Gonzalo Pacheco Gras dijo:

    Interesante reflexión sobre las verticales. Yo añadiría que nos movemos de pie y descansamos tumbados, movimiento vs quietud. La verticalidad dinamiza la figura humana. Un saludo y gracias.

  2. Miquel Solanellas dijo:

    Excelente reflexion. A mi siempre que puedo, recompongo a cuadradas.

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