En 1989, un joven y soñador estudiante universitario alemán
vivió de primera mano la caída del Muro de Berlín. Ante semejante acontecimiento
político y social, lo fotografíó como
tantos otros con la esperanza de no ver más muros en su vida.
vivió de primera mano la caída del Muro de Berlín. Ante semejante acontecimiento
político y social, lo fotografíó como
tantos otros con la esperanza de no ver más muros en su vida.
Y el tiempo no le dio la razón porque cada vez hay más
muros, más paredes que dividen, que discriminan, que echan a un costado a las
mínorías.
muros, más paredes que dividen, que discriminan, que echan a un costado a las
mínorías.
Por ese motivo, Kai Wiedenhöfer junto con su cámara comenzó
a viajar en busca de todos esos muros que fueron naciendo desde la caída del
muro de Berlín. Para ello visitó los muros que se hicieron en Belfast, Ceuta y Melilla, Bagdad, Gaza,
Palestina, la frontera mexicana – americana, Chipre, Corea; paredes y alambrados creados por el hombre para dividir no para unir.
a viajar en busca de todos esos muros que fueron naciendo desde la caída del
muro de Berlín. Para ello visitó los muros que se hicieron en Belfast, Ceuta y Melilla, Bagdad, Gaza,
Palestina, la frontera mexicana – americana, Chipre, Corea; paredes y alambrados creados por el hombre para dividir no para unir.
El año pasado, Steidl publicó Confrontier de Kai Wiedenhofer.
Un gran trabajo de 184 páginas que muestra en imágenes panorámicas, estas terribles
paredes de división que prueban una vez más, la debilidad humana y nuestra
incapacidad para comunicarnos.
paredes de división que prueban una vez más, la debilidad humana y nuestra
incapacidad para comunicarnos.
Los dejo con un video donde el fotógrafo explica la génesis
de su obra.
de su obra.
Buen fin de semana!
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Al margen de que son tomas con un inherente simbolismo de decadencia humana, la técnica y la composición de las fotos es extraordinaria. Son fotos llenas de contrastes, las cuales, por un lado inspiran indignación, pero por otro, admiración.
Si, Flavio y este simbolismo humano decadente como tú dices me sorprende aún más gracias a las admirables fotos de este autor que atestiguan esta creciente estupidez contemporánea. Saludos!