Luigi Ghirri gustaba de caminar con su cámara por lugares cotidianos, que conocía perfectamente y esas aventuras las llamaba “viajes mínimos” como si se tratara de un fotógrafo de fin de semana.
De esa manera, desarrolló el cuerpo central de su trabajo lleno de mapas y carteles y reflexionó – con sus imágenes – sobre que miramos, cómo lo miramos. Y “hace que Ghirri encarne una modernidad cercana” señala James Lingwood, comisario de la actual exposición de la obra del fotógrafo italiano en Madrid. Ese mundo de apariencias visuales “que propuso de una manera delicada, es muy actual porque adelantó lo que hoy vivimos a través de los medios y de ese tsunami del narcisismo que es Instagram”.
De todo ello, rescato la idea de realizar “viajes mínimos” porque más allá que es mi modus operandi desde hace bastantes años; los “viajes mínimos” refuerzan la idea de fotografíar y “redescubrir” tu entorno y no sólo para desrutinizar la mirada, sino como algo esencial para el crecimiento interior del creador visual.
De esa manera, caminar con una cámara por esos “viajes mínimos” implica un modo de estar en el mundo, verlo y comprenderlo a la altura de nuestros ojos y al ritmo de nuestros pies.
hasta pronto!