
Lleva en un mochila hilos azarosos / beligerantes de racionalidad / que se corrompen bajo las olas / dibujando formas chaplinescas en las hendiduras del cielo./

La intuición descansa en pupitres de aire / donde sólo mantiene ciertas reglas / que necesitan resetearse cada día / y que obligan al caminante a pausar la lógica / y a ojear la incertidumbre del paso firme / sin retorno ni abolengo / cambiante y despolitizado / súbita y sin molde./

No se puede guardar su magia en una pecera / desprende tanta energía enfocada como desenfocadla / atisba peligros sin evadirlos / y finalmente lo que produce una emoción suprema / es intentarlo una vez más / sin saber realmente como ha sucedido o sucederá /
Sólo ocurre sin más / como la concatenación de estas palabras / como un divino tesoro.