Desde hace un tiempo que estoy leyendo a ciertos filósofos, algunos geógrafos urbanos que conocí a través de Suburbia, ciertos directores de cine. Y en un intento clamorosamente banal y, a veces, infructuoso de mi parte, he extraído (como un torpe coleccionista de mariposas) textos que me ayudan a configurar ciertos rasgos y percepciones de un flâneur contemporáneo más curioso de espacios dispersos que concentrados de la ciudad. Esto no termina aquí…sólo es un principio…
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«La figura del detective se halla reformada en la del flâneur. Tuvo que ser importante para el flâneur la legitimación social de su hábito. Le convenía mucho ver que su indolencia se presentaba como apariencia bajo la cual, en realidad, se ocultaba la aguda atención de un observador que no pierde de vista a los desprevenidos criminales»(1)
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«La base social del callejeo es el periodismo. Es como flâneur que el literato se entrega al mercado para venderse. Aun siendo así, esto de ningún modo agota el aspecto social del flâneur… El periodista actúa, en tanto flâneur, como si lo supiera. El tiempo de trabajo socialmente necesario para producir su fuerza de trabajo específica es de hecho relativamente elevado; al aceptar que sus horas de ocio en el bulevar aparezcan como una parte de ese trabajo, las multiplica, y con ello el valor de su propio trabajo. A sus ojos, y frecuentemente también a ojos de sus empresarios, este valor resulta algo fantasmal. Sin duda, esto último no sería el caso de no estar en ese lugar privilegiado donde el tiempo de trabajo necesario para producir su valor de uso es susceptible de una estimación general y pública, en cuanto que esas horas las pasa en el bulevar y, por decirlo así, las exhibe»
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«Lo que hace tan inigualable y única la primera vista de un pueblo o de una ciudad en el paisaje es el hecho de que, en ella, la lejanía vibra en estrecha unión con la proximidad. La costumbre aún no ha hecho su labor. Apenas comenzamos a orientarnos, el paisaje desaparece de golpe, como la fachada de una casa cuando entramos en ella. Todavía no ha adquirido preponderancia a través de la exploración constante, convertida en hábito. Una vez que hemos empezado a orientarnos en algún lugar, aquella imagen primera ya nunca podrá restablecerse» (2)
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«La alternancia de árboles y de hierba atraviesa el paisaje, lo anima con perspectivas curvas prolongadas por un relieve suave y profundo. El equilibrio entre las luces y las sombras es el resultado de un dispositivo cuya economía es posible adivinar. La inmensidad del territorio abarcado por dicho equilibrio puede engañar al viajero: ¿se trata de un proyecto o es un fruto del azar de la historia? División de parcelas, hábitat disperso, variaciones del relieve: todo esto constituye un aparato anclado en la geografía y en la sociedad, capaz de enfrentarse durante largo tiempo a la máquina que todo lo recuerda. Son vestigios de una policultura de la que han desaparecido numerosas formas para dejar paso al predominio de dos riquezas: el árbol y la hierba, puros productos de la actitud PAC (Política Agraria Comunitaria), cuyo poder reductor, sin embargo, no ha terminado con todas las diversidades» (3)
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«A la mañana alcancé el borde de París, pero me llevó medio día llegar hasta los Champs Élysées; caminé hasta ahí con los pies tan cansados que ya no tenía conciencia de ellos. Un hombre quería atravesar el bosque y no volvía a aparecer. Un hombre paseaba solo en una playa lejana con su perro grande. Le agarraba un ataque al corazón y como la correa se enganchaba en su muñeca tenía que seguir avanzando, porque el perro estaba desenfrenado y quería correr. Un hombre tenía un pato vivo en su bolsa de compras. Un mendigo ciego tocaba el acordeón, las piernas cubiertas desde las rodillas con una manta a rayas. La mujer que estaba con él sostenía la taza de aluminio para el dinero. A su lado tenían también una bolsa de compras, desde la que asomaba un perro enfermo. Un perro enfermo da más dinero. A veces mi mirada atravesaba la ventana hacia la gran playa allá afuera. Hias dice que ve hasta el fin del mundo. Y que estamos cerca del aliento de eso que se llama peligro» (4)
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Textos extraídos de: (1) Libro de los Pasajes. Walter Benjamin. Akal, 2005(Quinta reimpresión, 2017)
(2) Calle de Sentido Único. Walter Benjamin. Periférica (Primera edición, 2011)
(3) Manifiesto del Tercer Paisaje. Gilles Clément. Gustavo Gilli, 2007 (2º, 4ª tirada, 2022)
(4) Del caminar sobre hielo. Werner Herzog. Entropía, 2015 (Tercera reimpresión 2023)