“Todo en la fotografía se reduce a lo que está nítido y lo que está borroso”
Caylord Herron
Esta frase, un tanto filosófica, de este fotógrafo americano no tan conocido en la actualidad encierra la primera gran cualidad de una imagen: su profundidad de campo. Debido a esta dualidad: nítido / borroso se puede percibir que grado de profundidad de campo tiene y que objetivo se utilizó para ello. Es una buena ejercitación visual descubrir a través de todo ello, como trabaja tu fotógrafo preferido. Pero no todo se queda allí.
Sabemos que el único lenguaje que conoce la cámara al explorar su entorno es el del enfoque. Y esa aparente simplicidad técnica encierra un mundo tan complejo como interesante: la experiencia del observar pasa de la pasividad a la interrogación. Allí esta otra gran cualidad de la magia fotográfica.
Más allá del color, lo borroso crea confusión, sorpresa y ambigüedad (quizás hay más adjetivos pero es lo que pienso ahora) y lo nítido es el límite, la definición de los contornos.
Esta dualidad, entendida como niveles diferentes de percepción establece una oposición, una tensión entre una mirada interna y otra externa. Es como que algo privado (lo borroso) se cuela en lo público (lo nítido).
Lo borroso, a veces, aparece como si fuera un producto de nuestra imaginación, una alucinación. Y en ese juego, se mide la cercanía o la distancia hacia la “salvación visual” que es la ntidez.
El filósofo canadiense Marshall McLuhan en su libro “Como entender a los medios” comenta que las imágenes borrosas a menudo se introducen en nuestro propio espacio interior, a veces sin nuestro permiso. “Quedamos vinculados a ellas, no podemos mirarlas de manera desapasionada. Se convierten en metáforas más que en descripciones expositivas”.
Alfred Stieglitz al hablar de esta dualidad, las llamó “equivalentes”. Su idea, era que las fotografías podían describir los estados internos de la mente con tanta finura como delineaban el mundo de las apariencias superficiales. Creía que las formas y los patrones de una fotografía, más éstos que su contenido literal, podían comunicar significados emocionales y psicológicos.
El debate sobre lo nítido y borroso siempre estará abierto. Esta nota sólo fue un intento personal por reflexionar (muy por arriba) sobre algo que parece que damos por hecho y que es sólo una cuestión técnica de profundidad de campo. Por suerte, el tema va más allá al pensar en la composición…
que magnífica definición del aspecto borroso en una fotografía…genial
gracias, Margarita por tu complicidad! un abrazo!