El otro día, mientras reflexionaba sobre la compleja condición de la fotografía actual, deduje de una manera previsible que todo se vive al día, y que las redes sociales “no tienen memoria”. En este incierto momento de transición, nos dirigimos… ¿hacia un modo nuevo de entender la fotografía?. Algunos creen que si (y digo autores, galeristas, ciertos festivales, críticos). Lo que sí es cierto es que la fotografía actual poco tiene que ver con el sentido que ha predominado hasta hace unos 15 años. El cambio de lo analógico a lo digital ha hecho mella.
En ese contexto parece que hemos “naturalizado” la idea que todo tiene que ser inmediato, instantáneo y si no publicamos cada día parece que no existimos. Las nuevas tecnologías nos han acostumbrado a todo ello. Y me da la sensación que estamos perdiendo capacidad para saber editar. O dicho de otro modo, estamos perdiendo capacidad para decidir que fotografías funcionan y que otras no. Y todo esto lo digo, porque si antes editar era un rompecabezas muy difícil de armar. Ahora, el tema está mucho más complicado desde mi punto de vista.
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¿Apuntes cotidianos de edición? bueno…..ante semejante situación, vamos con un primer consejo para combatir la ansiedad hacia lo inmediato: siempre me digo a mi mismo, que a las fotografías hay que ponerlas “en una nevera” y dejarlas respirar hasta que, en algún momento, se te vislumbra si esa imagen tiene valor para un proyecto que estés diseñando o no. Gracias a la estructuración de “esa nevera” uno se puede dar cuenta hasta que punto se equivocó en la elección de una u otra fotografía. Y lo más importante: uno intenta rectificarse para no cometer los mismos errores de selección.
Interesante reflexión.
Yo creo que el primer problema radica en la cantidad de fotos que se hacen hoy en día.
Cualquier usuario de móvil o cámara digital aprieta el disparador a una velocidad tal que desde ese momento queda claro que su interés por la FOTOGRAFÍA en ninguno. La fotografía no es eternizar un monumento, un atardecer o a la familia delante de cualquier museo. La FOTOGRAFÍA, es un lenguaje con el que expresarse por lo tanto precisa de un tiempo, el que transcurre desde que sabes lo que quieres contar hasta que sales a buscarlo allí donde creas que puedes encontrarlo. Uno no mira y descubre una foto a hacer, uno es llamado por un objeto, paisaje o cualquier otra cosa para que se pare y dispare el botón de su cámara. Luego además viene ese momento de la edición del que hablas y del que de igual modo hay que detenerse y mirar las fotos que has hecho y construir ese alfabeto fotográfico que diga y comunique aquello que estaba en tu mente desde el principio. Un saludo.
estás en lo cierto, Luis. Creo que el lenguaje fotográfico así como lo entendemos es una «crónica de una muerte anunciada». El paradigma ha cambiado y se refleja básicamente con darte una vuelta por Instagram….
No se si es mejor o peor la situación de la fotografía actual. Lo que si es cierto es que el paradigma ha cambiado y todo se desarrolla de una manera diferente (en general) a lo que propongo en el post. Supongo que la fotografía es un lenguaje que ha cambiado su significación. Ya no se trata de cuidar la composición, se trata de comunicar como bien comenta en su último libro, Joan Foncuberta.
seguimos hablando, compa y gracias por pasarte por aquí
Me resulta curioso que de todas las fotografías que Diane Arbus sacó del niño, fue a elegir precisamente la primera, que sin duda es la mejor. Digo que me resulta curioso porque a mí me pasa muchas veces. Ves algo interesante por la calle, disparas apresuradamente y luego repites tomas varias veces. Y a la hora de editar, la fotografía buena es la primera, siempre!
Hola Luisa.
Lo que comentas, muchas veces pasa y me ha pasado. Y esa curiosidad me llevó a comprar un voluminoso libro titulado: Contactos de Magnum y he constatado que no siempre «es la primera».
Pero bueno, más allá de todo ello, tenemos que seguir intentando darle el valor que se merece a la edición. Por lo menos para el disfrute de uno mismo con su proyecto más allá de las tendencias y las modas. Eso no debe cambiar.
un abrazo, compa!