Aunque tomé muy en serio su advertencia, no me preocupé en demasía ya que lo que me había dicho el cónsul de mi pais (“no tendrás problemas”), hasta ese momento, era una información seria y de confianza.
Mujeres tibetanas en plena faena bajo el atento control de su jefe chino. Dege – Tibet |
Como les dije en el anterior post, arribamos al pequeño pueblo ya entrada la noche. Y estaba tan cansado que cuando me dejaron en la puerta del hospedaje, sólo tuve fuerzas para dejar mi pasaporte al conserje e irme a una habitación. Al instante me quedé profundamente dormido con ropa y todo y sin haber comido casi nada.
Pero, la primera sorpresa ocurrió bien temprano, al día siguiente.
Alguien golpeó con fuerza a mi puerta. Y al abrir, un chino joven con disimulado nerviosismo se presentó como el dueño del hotel. Y me invitó a ir urgente a la oficina policial. “Administratives problems” me dijo.
De esa manera, la comisaría se convirtió en el foco de atención matinal de ese pueblo. A medida que me acercaba al destacamento, los pobladores se sumaban con curiosidad a la pequeña marcha y cuando llegué, me seguían decenas de personas.Parecía la entrada de un artista de cine a un set de filmación. De verdad, tuve mis 15 minutos de gloria!!.
Bromas aparte, en la oficina me esperaban 10 policías que al verme entrar, me rodearon y a los gritos, enojados y en chino trataban de comunicarse conmigo.
No había forma de entenderlos, pasaban los minutos y seguían gritando con más fuerza. A mi me temblaban las piernas, voy a serles sinceros. ¿Porque no habré aprendido mandarín? pensé.
Hasta que se me ocurrió decirles: Maradona!! Argentina!!! y por esas cosas del fútbol e ídolos planetarios, la “Mano de Dios” me abrió inesperadamente una puerta.
De pronto todo cambió, comenzaron a reir y, unos momentos después, me invitaron a tomar un té. Luego entró a la oficina el dueño del hotel. Y con su rudimentario inglés, hizo de intérprete y me explicó que estaba detenido por no tener el visado especial de entrada al Tibet en el pasaporte. Y habían decidido llevarme de retorno a Dege esa misma tarde en un jeep policial y no podía volver más por allí.
Por lo pronto, los uniformados me compensaron, dejándome el día libre para dar una vuelta por el poblado, hacer algunas fotos de rigor y comer algo.
Mesas de pool en la calles donde se reúnen, en su mayoría, tibetanos desocupados. Dege – Tibet |
Retornar a Dege, como verán, no estaba en mis planes. Pero lo asumía como un avatar más de las incertidumbres de un viaje.
Y a pesar que la situación estaba complicada, no quería aún renunciar a entrar a Tibet por tierra. Algo en mi interior me decía que debía retornar.
Entonces opté por el plan B: a la mañana siguiente fui a ver a la prima de Losang, (el monje de Luhuo, ¿se acuerdan?).
En su casa, le conté lo que me ocurrió en Jamda y luego de escucharme atentamente me dijo: “Nosotros mañana partimos a Qamdo. Si quieres te llevamos”.
Estaba contento nuevamente. Parecía que esta vez lo iba a lograr…
Monjes tibetanos. Dege- Sichuan – China |
El miércoles les relataré el final de toda esta historia que tendrá otro giro inesperado y será el definitivo. Muchas gracias por la paciencia y hasta pronto queridos lectores!!
Entrada triunfal, en la comisaría de la policía china; se avecinaban momentos complicados. Menos mal, que supiste capear la situación; bravo.
Felicidades por las imágenes, que captan perfectamente, el ambiente del lugar.
Esperaremos al próximo miércoles, para conocer el final de esta apasionante historia.
Esto de crear espectativa, está muy bien, Marcelo.
Antes era Maradona, ahora si me llega a pasar algo lo nombro a Messi!!! gracias por los comentarios y nos vemos el miércoles, Jordi!!