Para muchos de nosotros, viajar significa tener tiempo y dinero. En algunos casos, mucho.
En el resto, viajar es un servicio más en nuestra planificación del ocio que normalmente lo hacemos en vacaciones con tarjetas de crédito, cheques viajeros y nos alojamos en hoteles cómodos o por lo menos de acuerdo a nuestros intereses.
En ese sentido, viajar se ha convertido hoy en día en algo muy normal, popular y al alcance de muchos. Y el turismo está en pleno auge, floreciente y organizado.
Sin embargo, todo esto no me termina de convencer, me crea dudas existenciales. La palabra “viajar” en el sentido original es un verbo que a caído en el olvido y al que pocos pueden llegar o pueden desafiar hoy en día. Ya que viajar, en este sentido, es convertirte en un nómade con sólo un pasaje de ida. Y ese pensamiento, en la actualidad, es irreconciliable para muchos de nosotros que no podemos concebir viajar sin saber que vamos a volver, por las obligaciones o compromisos sociales que cada uno tiene.
Por eso, un argentino
llamado Juan Pablo Villarino se dijo asi mismo: – Vamos a viajar como se hacía
antes! Y así, el 1 de mayo de 2005 con
una mochila como único equipaje se embarcó en el puerto de Belfast con rumbo a
Medio Oriente. Y aún no volvió. Mejor dicho, aún está viajando.
llamado Juan Pablo Villarino se dijo asi mismo: – Vamos a viajar como se hacía
antes! Y así, el 1 de mayo de 2005 con
una mochila como único equipaje se embarcó en el puerto de Belfast con rumbo a
Medio Oriente. Y aún no volvió. Mejor dicho, aún está viajando.
Pero va dejando algunas
señas en el camino como Vagabundeando en el Eje del Mal. Un libro muy
interesante que publicó en el 2009 y relata su viaje haciendo autostop por Irán,
Irak y Afganistán gastando sólo cinco dólares por día y viviendo de la
hospitalidad de la gente.
señas en el camino como Vagabundeando en el Eje del Mal. Un libro muy
interesante que publicó en el 2009 y relata su viaje haciendo autostop por Irán,
Irak y Afganistán gastando sólo cinco dólares por día y viviendo de la
hospitalidad de la gente.
Además de viajar y
escribir, Villarino es un gran aficionado a la fotografía y junto con su novia,
proyecta imágenes de sus viajes en las escuelas por los lugares que deambula,
para interactuar con los niños y transmitirles sensaciones de otras culturas.
escribir, Villarino es un gran aficionado a la fotografía y junto con su novia,
proyecta imágenes de sus viajes en las escuelas por los lugares que deambula,
para interactuar con los niños y transmitirles sensaciones de otras culturas.
Mientras tanto, ha
publicado otro libro pero más artesanal y de sólo 75 ejemplares titulado: Un tango en el Tibet y actualmente está recorriendo América desde Argentina
hasta Alaska. Y aún no ha comprado el ticket de vuelta.
publicado otro libro pero más artesanal y de sólo 75 ejemplares titulado: Un tango en el Tibet y actualmente está recorriendo América desde Argentina
hasta Alaska. Y aún no ha comprado el ticket de vuelta.
Un abrazo a todos y buen fin de semana!
Me encantaría tener una vida así, sería genial!!
Sólo hay que tomar la decisión. Un abrazo!!
Hay que tomar la decisión pero hay que valer para ello. Si volviese a nacer, intentaría viajar lo máximo que pudiera, en el sentido que expones en el post, antes de adoptar las responsabilidades que tengo actualmente. Creo que deben ser unas experiencias tan inigualables, que seguro que ayudan para educar mejor a los hijos.
Un abrazo, Marcelo.
Estoy de acuerdo contigo, un abrazo David y gracias por tus comentarios!