En estos 5 años de Miradas Cómplices, no había hablado de Jill Freedman y me parece que ya es hora de hacer justicia y ponerla en el sitio que corresponde: una de las mejores fotógrafas de calle contemporáneas de la ciudad de Nueva York. Y eso es todo un piropo para una ciudad en donde nació una parte importante de la llamada “street photography”.
Me gustaría rendirle un pequeño homenaje, a través de un gran libro de 253 páginas, editado por Harper & Row en 1982 y que se titula: Streets Cops.
De hecho fue el primer trabajo publicado por Freedman que narra visualmente, sus encuentros con la policía del Noveno Distrito de Nueva York a finales de los ’70 del siglo pasado.
Freedman seguía a la policía como si fuera su sombra, en interminables paseos en una época confusa de esta ciudad, en donde las calles eran el pastoreo incesante de prostitutas y estafadores, ladrones, drogadictos.
Freedman no sólo transmite en sus fotografías la dureza de la vida en las calles neoyorquinas de los años ’70 del siglo pasado como lo hacía Weegee en los ’40. La gran fotógrafa americana intenta atenuar esa violencia latente de su trabajo, con una inclinación a mostrar cierta dosis de humor negro en sus escenas. En ese sentido, sus fotografías se emparentan con la mirada de Helen Levitt, gran retratista de las calles de Nueva York en los años ’40 del siglo XX.
La gran virtud de este trabajo de Freedman (y que con el tiempo toma una mayor importancia), es que constituye una crítica solapada al accionar de la policía neoyorquina que durante aquellos años no tenía una buena reputación social. Y además, demuestra la independencia y libertad creativa de la fotógrafa a pesar del consentimiento de la policía para que los acompañe.
Un gran trabajo, que merece ser valorado como uno de los mejores y originales de esa época por su gran carga documentalista y también por su composición. En ese contexto, el ocumental Everybody Street hace justicia a la obra de esta gran fotógrafa.
Es evidente su homenaje a los polis de antes, en el documental de cheryl dunn creo que dice que aquellos sí eran policías de verdad y de hecho en las fotos destilan una humanidad que según ella podrían haber perdido (si bien es cierto que todo cambia). Las fotos son fantásticas y Jill una fotógrafa muy valiente, uno de los fundamentos de la fotografía, el valor, de hacer la foto que tienes que hacer, sin excusas.
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Es evidente su homenaje a los polis de antes, en el documental de cheryl dunn creo que dice que aquellos sí eran policías de verdad y de hecho en las fotos destilan una humanidad que según ella podrían haber perdido (si bien es cierto que todo cambia). Las fotos son fantásticas y Jill una fotógrafa muy valiente, uno de los fundamentos de la fotografía, el valor, de hacer la foto que tienes que hacer, sin excusas.