Recuerdo exultante como conocí la obra de Walter Benjamin en la escuela de periodismo en Argentina allá en los ’80 del siglo pasado cuando aún no existía Internet y a los libros había que leerlos para conocer el mundo cognitivo. O por lo menos, estabas obligado a ello por requerimiento de un buen profesor o para un examen final. Soy un agradecido de «esa obligación» universitaria.
Recuerdo también que en la solapa de La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica también estaba su biografía con la clásica foto de su rostro (que ahora sale en su wikipedia). Y al final de la gacetilla decía que murió en un pequeño pueblo fronterizo catalán que, en esa época, no me decía nada pero que pertenecía a los efectos colaterales de muchas de las tristes historias de la segunda guerra mundial. Y eso si, me decía mucho.
Con toda esa carga emotiva, un día pude conocer Portbou y debo reconocer que me impactó y no sólo porque allí encontró la muerte el gran pensador alemán, sino por toda la huella del rico pasado ferroviario. Sin embargo, Portbou, hoy en día, me da sensación de pérdida como si las agujas del reloj se hubieran parado para siempre en el tiempo. Un lugar olvidado de la rica historia reciente, un lugar de límite.
Todo cambia a pocos kilómetros, o por lo menos se observa diferente en otro pueblo fronterizo catalán: La Jonquera que constituye la principal puerta de entrada de mercancías por tierra de España con efectos colaterales significativos: destrucción del pequeño comercio, aumento desorbitado de delincuencia y prostitución en gran escala.
Y así nació mi proyecto fotográfico MÁS ALLÁ DE LA LÍNEA que aún no está terminado pero que poco a poco se va construyendo, como si en cada visita estuviera armando algo más de ese rompecabezas visual que son esos dos pueblos catalanes unidos por la legitimidad que les da ser fronterizos pero que llevan una dinámica opuesta, antagónica.
Seguro q es un proyecto muy interesante. Estoy deseando verlo finalizado.
me alegro que te guste. Un abrazoª