Harry Gruyaert es un gran ejemplo a seguir en la fotografía por diferentes motivos.
Básicamente por su incansable trabajo por experimentar, a través de la cámara, todas las
sutilezas del color en todas sus dimensiones y en cualquier lugar con un gran y sólido proyecto.
sutilezas del color en todas sus dimensiones y en cualquier lugar con un gran y sólido proyecto.
Y ya lleva casi 30 años fotografiando los sutiles cambios de
la luz oriental y occidental desde su tierra natal, Bélgica hasta Marruecos;
desde la India a Egipto.
la luz oriental y occidental desde su tierra natal, Bélgica hasta Marruecos;
desde la India a Egipto.
Las atmósferas de sus fotografías son particulares y
atemporales. Fascinan por su luz y me sorprende la forma que la utiliza
provocando una maravillosa sinfonía de poesía visual.
atemporales. Fascinan por su luz y me sorprende la forma que la utiliza
provocando una maravillosa sinfonía de poesía visual.
De hecho, una de sus fotografías, la tengo en una de las
paredes de mi sala de trabajo junto al ordenador y es una de mis favoritas, una
luz en mi camino.
paredes de mi sala de trabajo junto al ordenador y es una de mis favoritas, una
luz en mi camino.
Picardía, Francia © Harry Gruyaert |
Su último libro: Edges es una consecuencia directa
y cualitativa de todo ese trabajo de años.
y cualitativa de todo ese trabajo de años.
En este libro, Gruyaert explora todo lo que está en los
bordes justo donde empieza el agua.
bordes justo donde empieza el agua.
© Harry Gruyaert |
Su plasticidad, su color, sus atmósferas nos llevan desde el
Mar muerto a los ríos de Nigeria, Malí; también al Mar del Norte, Corea o la
Costa Azul.
Mar muerto a los ríos de Nigeria, Malí; también al Mar del Norte, Corea o la
Costa Azul.
© Harry Gruyaert |
Los dejo con este video acompañado por una música muy acorde con su trabajo. Un abrazo y hasta el miércoles!!
Un fotógrafo especializado en la sutileza de la luz como "excusa" para no caer en el blanco y negro. Así lo definirlo un buen amigo en la presentación de una exposición en París.
Un abrazo
Estas en lo cierto, Jan y creo que ese es el camino diferenciador..yo apuesto a las variaciones cromáticas! un abrazo!