Símbolo de la ruta modernista – Passeig de Gràcia – Barcelona |
Todos las personas que conocen el Passeig de Gràcia de Barcelona, saben que es la entrada principal al modernismo catalán y un espacio público donde se pueden encontrar algunos de los inmuebles más emblemáticos del movimiento como La Pedrera, la Casa Batlló o la Casa Fuster.
Pero a diferencia de las dos primeras que son espacios protegidos en casi su totalidad, la Casa Fuster se convirtió en un hotel de lujo (cinco estrellas) en el 2004.
Y por la impronta de mejorar los recursos y servicios a los clientes; Hoteles Center, la cadena hotelera, que administra la última casa construída en 1910 por Lluis Domènech i Montaner, mantiene el aspecto original pero en su interior varios espacios han sido reciclados que no es lo mismo que decir: restaurado.
Entrada Casa Fuster – Barcelona |
El reciente fin de semana, paseaba por los Jardinet del poeta Salvador Espriu en Passeig de Gràcia y por esos vericuetos del azar, un simpático conserje del hotel me invitó a entrar (si no eres cliente, en general, no puedes pasar) y me dejó ir hasta la terraza.
Apenas ingresé, la majestuosidad del lugar me embargó. Sin embargo, si no se respetan estilos y conceptos, la mezcla de lo original con elementos del hoy para mi gusto son algo difícil de digerir.
Café Vienés – Casa Fuster – Barcelona |
A un lado de la sala de espera, está el mítico Café Vienés que durante años fue un privilegiado centro de encuentro de la ciudad.
Ahora la cafetería está decorada al estilo chill out y mientras la visitaba, me imaginaba al fantasma de Woody Allen por el espléndido salón durante el rodaje de la película «Vicky Crisitna Barcelona».
Lo concreto es que el genial actor y director neoyorquino tocó el clarinete junto a su banda allí e inauguró las veladas de los jueves donde se hacen conciertos de jazz en vivo y hace poco tocó el legendario saxofonista Sonny Rollins, entre otros.
Sin embargo junto a este salón, hay dos inmensos ascensores típicos de grandes edificios corporativos que afean bastante ese sueño modernista de la arquitectura catalana.
Ya en la terraza, me olvidé por un instante de esos ascensores y me maravillé con las vistas de Barcelona desde las alturas.
Passeig de Gràcia desde la terraza – Casa Fuster – Barcelona |
Pero luego al caminar un poco por la reciclada terraza, me encontré con una pequeña piscina que despersonaliza la identidad del emblemático edificio como se ve aquí abajo.
Terraza – Casa Fuster – Barcelona |
Terraza – Casa Fuster – Barcelona |
En la imagen de arriba, si bien el reflejo sobre el gran ventanal me sirvió para mostrar parte de la ciudad; esa estructura es parte de la construcción que alberga al metálico ascensor del edificio donde vivía antiguamente la familia Fuster.
Un rato después, volví a la calle sin poder despedirme de aquel amable conserje y me quedé con las ganas de decirle que el hotel estaba muy bien pero la Casa Fuster no estaba tan así. Hasta pronto!!
Buen trabajo de reportaje, Marcelo. Y muy buenas las fotos, sobre todo la 2, 4 y 6. Y si, me temo que al final siempre pasa lo mismo: en aras de la "modernidad" -y el turismo, y la pasta y…- se acaban traicionando los principios originales de demasiadas cosas de Barcelona!
Sí, se tendría que haber "modernizado" este patrimonio con mayor tacto. En fin…cosas del postmodernismo que estamos vviendo, no?.
Un abrazo y hasta mañana, Rafa!!