En primer lugar, les confieso que no soy montañista ni nada que se le parezca. Me gusta disfrutar de lo social que pueda tener un ámbito rural. Y, a través de mi cámara y mis palabras, trato de documentar lo que pasa con el ser humano como centro de atención. En otras palabras, adoro la naturaleza y a la gente que la quiere y la respeta sea tanto un pastor, locales o paseantes comprometidos con la natura.
Digo todo esto – ¡sin el mínimo deseo que se convierta en un aburrido prólogo! – para comentarles que la semana pasada me invitaron a realizar una “plácida excursión” a la montaña.
– ¿estás haciendo ejercicios, Marcelo? – me preguntó Francesc Masó.
– ¡Claro, hombre!. Salgo a correr dos o tres veces por semana – le contesté orgulloso por teléfono.
– Ahh..muy bien!!!. ¡Entonces estás preparado!. Yo por mi parte estoy un poco excedido de peso – me señaló muy serio- tendrás que tenerme paciencia . A primera hora de mañana partimos.
Yo que ya lo conocía, sabía que lo decía en tono bromista pero no sabía hasta que punto. Francesc es todo un peregrino de la montaña, conoce muy bien los Pirineos y entre su curriculum cabe destacar que escaló el Mont Blanc, el peligroso y difícil McKinley (Alaska) y guía contingentes de personas por senderos de todo el mundo a través de la agencia Giroguies.
Me seducía la idea de subir la Pica d’Estats que con sus 3.143 metros, es la montaña más alta de los Pirineos catalanes. Y yo acepté encantado porque era todo un reto para mí.
También sabía que en el imaginario del alpinista o excursionista catalán es un objetivo deseado y además , durante los días de verano, los duros caminos de acercamiento a esta montaña se convierten en auténticas procesiones de catalanes y también de otras nacionalidades. Y allí radicaba mi verdadera atención: como la naturaleza y las personas se unían para pasar un tiempo intenso y diferente.
Desde esa pespectiva para mi también lo fue. Pero lo que yo desconocía en ese entonces y recién tomé total consciencia de ello casi al final de la “excursión” era que Francesc, me iba a hacer recorrer 5.000 metros de ascensión acumulados, 55 km. de caminata y todo ello en cuatro días.
Pero..déjenme que les explique, poco a poco, como fue evolucionando mi aventura de montañero inocente…
Odine – Arcalis (Andorra). Punto de Partida
Arsalis – Andorra – Reflejo de Francesc |
– Esto lo sacamos (unas sandalias), esto también (una botella de ciclismo) ¿pero, para qué llevás tantas cosas?, ¿y ese trípode? – me señaló el guía catalán al ver mi mochila en el parking de estacionamiento de Arsalis.
-¡No!- contesté medio desesperado – el trípode, no!-
Había planificado cuidadosamente la noche anterior que era lo que tenía que llevar. Y ante sus ojos, yo iba con mucho peso y encima llevaba otra mochila más pequeña en mi pecho con mi cámara Nikon que pesa un kilo y medio.
Luego, me sugirió: – “Tienes que encontrarle una solución a todo ello..ya verás como te pesará más adelante” . Y yo tozudo como soy, le dije que no iba a tener problemas. ¡Y vaya si los tuve!
Como lo expresé anteriormente, Francesc eligió un camino largo y sinuoso como la canción de Los Beatles. Los senderos de alta montaña eran realmente eternos. En seguida vislumbramos zonas aledañas, descongestionadas de excursionistas. Recorrimos como cabritas (yo como tortuga) , siempre en subida, zonas menos turísticas, por llamarlo de alguna manera, donde abundaban estanques, lagunas bien azules y picos próximos a los 3000 metros.
Gran estanque Fourcat – Ariège – Francia |
Como adaptación y preparación, estaba muy bien la tentativa. Pero la parte negativa de todo ello, era que mis pies y mi cuerpo empezaron a sufrir mucho. Demasiado. Y ya me había caido torpemente varias veces.
Pero mi torpeza y la dureza de la caminata se equilibraba con la majestuosidad del lugar que no todos los días se puede realizar.
De esa manera, coronamos junto a él y David, el fisioterapeuta del grupo, el Étang Fourcat (2859 mnsm) y el Tristaina (2878 mnsm).
David y Francesc en la cima del Tristaina – Francia |
Fourcat – Francia |
Finalmente bajamos a dormir a los pies de estos cordones montañosos junto al bellísimo estanque Fourcat, en un aislado refugio ubicado en el departamento francés de Ariège.
Refugio Fourcat – Francia |
– Te has portado muy bien, Marcelo. Vamos a brindar con un buen vaso de vino tinto. ¡Yo los invito! – señaló Francesc jocoso durante la ansiada cena en el refugio.
Esa noche me desperté varias veces. Estaba más que cansado. Pero me consolaba pensar que estábamos más cerca de la Pica D`Estat.
Pero faltaban aún dos días más de marcha, cruzar un montón de collados (paso o depresiones por donde se puede pasar con cierta facilidad de un lado al otro de las montañas) y varios desniveles.
Aventuras y desventuras en el bellísimo Pirineo oriental que se las terminaré de contar dentro de dos días…aunque me imagino que se irán haciendo alguna idea de lo que ocurrirá, no?. Hasta pronto!!!
Apreciado Marcelo, te conocía de hacía un año de una excursión al Canigó y noté tu gran amor por la naturaleza y tus ganas de vivir nuevas experiencias, por eso te invité a esta excursión, recuerdo también que te advertí que sería dura y que debías estar en forma para poder gozar de ella. Tu me comentaste que entrenabas 2 a 3 veces por semana corriendo y también mucha bicicleta.
Creo que te falló principalmente el equipamiento que llevabas, esos zapatos fatídicos que en las bajadas te destrozaban los dedos y también esa mochila tan incómoda.
Pero también estoy convencido que fue una gran experiencia para ti y también para nosotros por poder gozar de tu compañía.
Espero la podamos repetir y a ver si la segunda parte del relato es con una visión más positiva.
Un abrazo.
Francesc.
PD: Algunos nombres los debes corregir, Tristaina, Arcalis, Estats.
Hola Francesc…es verdad..me falló el equipo y los zapatos pero claro que valió la pena!! Yo tambien estoy convencido que fue una gran experiencia humana que unió todo nuestro grupo.
Otro gracias por la corrección de los nombres….
Un abrazo grande!!!