Flâneuse

Desde el punto de vista histórico literario o histórico artístico, parece que los únicos que deambulaban por las calles con una actitud voyeurista o crítica eran sólo hombres. Por eso siempre hablamos de flâneur e invocamos a Charles Baudelaire, Walter Banjamin o a los situacionalistas. ¿y las mujeres, no existía la flâneuse en ese imaginario?. Una pregunta que intentaré conjeturar a través de las palabras de algunas autoras que bien vale la pena conocer en profundidad.

Portada de la versión inglesa

En su ensayo Flâneuse Women walk the cities, Lauren Elkin reclama el derecho a la ciudad para la flâneuse, para la paseante. “Reclamamos nuestro derecho de enturbiar la paz, de observar (o no observar), de ocupar (o no ocupar) y de organizar (o desorganizar) el espacio en nuestros propios términos” escribe a modo de conclusión de su texto.

 

Fotografía © Ruth Orkin. Italia, 1951

La paradoja – señala Anna María Iglesia en una excelente nota en la revista Altaires que si en verdad las mujeres no son admitidas dentro del espacio urbano como símbolo de decoro, aquellas que aparecen en la narrativa urbana vuelven a ser, una vez más, las prostitutas, figuras prohibidas y a la vez las únicas aceptadas dentro del escenario urbano».

 

Fotografía © Vivian Maier

El caminar femenino – nos recuerda Rebecca Solnitsuele ser entendido como una exhibición o un espectáculo más que un traslado de un lugar a otro, y ello porque supone que las mujeres caminan no para ver sino para ser vistas”.

 

Fotografía © Sophie Calle. Suite Vénitienne 1983

Ese derecho a ser protagonista del espacio urbano, lo reivindica también Sophie Calle en su maravilloso Suite Vénitienne publicado en 1983. “Encontramos en esta obra… su nuevo rol de flâneuse que la ha convertido en agente activo, en la mujer poseedora de la mirada” comenta Martina Deren en su interesante blog. “Calle es la voyeur, y su objeto de deseo es el hombre desconocido. Pero la artista se adelanta un paso. Las razones de su fetichización van más allá del placer sexual: responden a una estrategia de satisfacción escópica, a un hedonismo visual capaz de saciar hasta la más curiosa de las miradas”.

Hasta pronto!

Acerca de marcelocaballero

Marcelo Caballero. Fotógrafo, poeta
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