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Copyright Ricard Terré |
“En la exposición “Terré Miserachs Masats”, que se hizo en la Sala Aixelà en 1959, presenté esta foto a tamaño natural. El día de la inauguración se me acercó un señor, que se identificó como el doctor Pascual, y ante mi sorpresa formuló: – Esa niña no es una bizca, ¡es un ángel!.
Me contó que tenía una sobrina deficiente, que también iba a hacer la primera comunión, y que deseaba que yo fuera su fotógrafo. Inmediatamente le dije sí… y él, para cerrar el trato, me preguntó cuánto le iba a cobrar. Y le respondí, espontáneamente que mi sueldo sería la operación de la niña bizca. El doctor Pascual aceptó mi propuesta. Y así fue todo: hice las fotos a la sobrina del doctor, localicé a la niña bizca mediante un reparto de fotografías por las escuelas de Sant Boi, se le hicieron las operaciones para corregir su defecto y, al cabo de unos meses, cuando volví a Barcelona, ya viviendo en Vigo, se presentaron en casa de mis padres, la ya ex bizca, vestida con su traje de primera comunión, acompañada por sus padres, que traían un pollo en la mano como obsequio.”
Esta historia, contada por el gran fotógrafo catalán Ricard Terré, estaba escrita en un cartel al lado de esta fotografía, dentro de la retrospectiva con la cual se le rindió homenaje en el coqueto Museo del Suro, en Palafrugell.
Luego, al terminar de ver todo su trabajo recopilatorio, salí a la calle, me senté en una escalera y respiré tranquilo, satisfecho por lo que había vivido.
Por esta pequeña anécdota valió la pena ir a la VI Biennal de Fotografía Xavier Miserachs. Esa imagen y lo que contó Terré me hizo reflexionar profundamente sobre los grandes regalos al alma que te brinda la fotografía y y el impacto social que tenía una buena imagen mucho antes de la llegada del mundo digital.
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Ricard Terré – Museu del Suro – Palafrugell |
Terré y muchos otros de la post guerra, en la década del cincuenta y enmarcados dentro de la fotografía humanista le dieron un gran valor a la imagen y al ser humano. Pero también los espectadores, que sentían una gran compromiso y complicidad con los autores. Por eso, esa actitud del fotógrafo – persona comprometida con la vida no debe cambiar ahora. A pesar de la vulgarización de las imágenes, de la falta de compromiso y del vale todo en el cual hoy estamos sumergidos.
Ese es el gran mensaje que me transmitió la bienal.
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Enrique Meneses / María Velasco – Can Mario – Palafrugell |
Acerca de marcelocaballero
Marcelo Caballero. Fotógrafo, poeta
L'anècdota de Terre sempre m'ha arribat al moll dels ossos. No per sabuda deixa d'impressionar.
Yo no la conocía, Francesc y fue un bonito regalo que los organizadores han querido transmitir de Terré en la bienal.
Realmente vale la pena seguir su ejemplo si es que se puede o nos deja el corazón!! buen fin de semana…
Es muy bueno que este tipo de textos vean la luz desde cualquier sitio. Lo importante es que todo el mundo los conozca.
Que bien que hallamos coincidido.
Felicidades por el blog.
Si, David…detrás de un gran fotógrafo hay una mejor persona..Gracias por pasarte por acá!!