Y las caras se suman como fotógrafos que la visitaron y la visitan cada vez más. Pero dentro de toda esa marea fotográfica, vienen a mi mente algunas caras bien visibles. El Marruecos que observó Bruno Barbey o el que contempló José Manuel Navia.
© Bruno Barbey |
© Navia |
Pero me queda otra cara, la de un tercer fotógrafo que no se sintió atraído por el color. Pero sí por el blanco y negro para captar la luz de una manera muy especial. Se trata de Alfredo Cáliz que visualizó con su lente, entre 1996 y 2006, las grandes cambios del mestizaje cultural marroquí en tiempos de patera y, también en tiempos de muros que crecen. Y lo hizo de una manera particular…casi literaria.
Inshalláh es el fruto de todas esas visitas, realizadas por este joven fotógrafo español que viajó a ese país motivado por lo que señala Navia en su libro Marruecos: “no para descubrir nada, sino para reconocerse, reencontrarse con gente, paisajes, lugares”.
De esa manera, el fotógrafo trató de romper con ciertos escenarios exóticos, imaginarios creados en torno a las ideas del oriente soñado, la hegemonía de lo occidental y la superioridad sobre los musulmanes. Y la prueba de ello está entre las páginas de este interesante libro que lleva prólogos de intelectuales como Juan Goytisolo o el prestigioso comisario de fotografía de fotografía, Alejandro Castellote.
Los dejo con algunas imágenes de este libro que tienen mucho de fotografía de calle, de fotografías encontradas de tanto caminar por lugares reconocibles. Hasta pronto!!
Concurso de belleza – Casablanca 2002 © Alfredo Cáliz |
Saléh – 2000 © Alfredo Cáliz |
Marrakesh 2002 © Alfredo Cáliz |
Cuantas miradas y cuan diferentes, esta claro que la fotografía puede ser un lenguaje muy personal.
Sí, personal y con calidad!! un abrazo, Agustín