André´Kertész- El puente de las artes – París 1963 |
La íntima conversación que se establece entre el libro y la fotografía es como la relación entre dos hermanos que han crecido juntos con una gran pasión y respeto.
Y a título personal, a pesar de los cambios tecnológicos y los nuevos soportes informáticos, no hay nada más hermoso que leer o mirar ( en mi caso) un buen libro de fotografía sentado en el sofá de tu casa.
Son placeres que ninguna virtualidad puede reemplazar. A lo sumo, lo pueden complementar
Algo de todo ello, aparece en un diálogo muy intenso que entablaron Umberto Eco y Jean- Claude Carrière, en un libro publicado por Lumen el año pasado y que se titula justamente: Nadie acabará con los libros.
Un gran acierto de la publicación fue incluir al inicio de cada capítulo, algunas imágenes del fotógrafo húngaro André Kertész perteneciente a su ensayo fotográfico «El íntimo placer de leer»; exposición que se hizo en Barcelona en el 2008.
Recuerdo que durante esa exposición. en los pasillos del Espai Cultural de Obra Social Caja Madrid, las fotografías de Kertész fueron dispuestas en pupitres inclinados. Como si fuéramos (los visitantes) a leer un libro. “Entre la lectura y la fotografía hay mucho en común – decían los organizadores – hasta en la forma de inclinarse”.
André Kertész – Nueva York – 1944 |
De esa manera junto con las imágenes del magiar, me introduje con curiosidad por las vibrantes páginas de este libro que recomiendo leer porque es didáctico, de fácil lectura y con un montón de referencias a grandes libros y reflexiones muy lúdicas.
Y quien mejor que estos dos intelectuales que se definen, a sí mismos, como empedernidos bibliófilos.
Como me pasó con Rayuela de Julio Cortázar, en este libro se puede entrar por cualquier capítulo y no perder el hilo de la cuestión. El diálogo de estos eruditos permite a los lectores ir para atrás y para adelante como si se tratara de un frenético paseo por el pasado, el presente y el futuro de la lectura.
André Kertész – Biblioteca – París |
“Resulta erróneo imaginar – señala Carriére – un continente africano sin libros, como si los libros hubieran sido el signo distintivo de nuestra civilización. La biblioteca de Tombuctú (o Timbuctú) se fue enriqueciendo en el curso de su historia con las obras que los estudiosos que, desde la Edad Media, iban a ver a los sabios negros de Mali. Y portaban libros consigo como moneda de cambio y los dejaban allí”. (pág 108)
En otro apartado, Eco señala que el libro perdurará con las nuevas tecnologías. “Con Internet hemos vuelto a la era alfabética. Si alguna vez pensamos que habíamos entrado en la civilización de las imágenes, pues bien, el ordenador nos ha vuelto a introducir en la Galaxia Gutemberg y todos se ven obligados a leer”.
Pero por otra parte, el semiólogo italiano crítica la “aceleración” de las nuevas tecnologías que “contribuye a borrar la memoria”.
“Aún podemos leer un texto impreso hace seis siglos – señala Carrière – Pero ya no podemos ver una cinta de vídeo o un CD – ROM de hace apenas unos años. A menos que conservemos nuestros ordenadores en el trastero”. (pág 30)
En este sentido, el dramaturgo francés que (colaboró, con Luis Buñuel ) aporta una lúcida idea de lo que está pasando en la actualidad:
“Estamos situados en la movilidad, en la mutabilidad, en la renovabilidad, en lo efímero, en una época en que vivimos siempre más…..Estamos condenados a ser eternos estudiantes” (pág. 60) debido al constante y heterogéneo flujo de información que brinda la Web.
La verdad es que no tiene desperdicios este simpático libro ni las fotografías de Kertész.
Y para terminar quiero citar una frase de Hermann Hesse ( de los años treinta del siglo pasado) encontrada en sus páginas que ilustra y predice un poco el futuro del libro:
André Kertész – Hungría – 1915 |
“Cuanto más satisfagan con el tiempo ciertas necesidades populares de entretenimiento y enseñanza a través de otros inventos, más recuperará el libro su dignidad y autoridad…No hemos alcanzado todavía el punto en el que los nuevos inventos rivales, como la radio, el cine, etc, descarguen al libro de esa parte de sus funciones que merecen la pena”.
Hasta pronto!!
Estoy contigo Marcelo. Precisamente el viernes pasado se presentó una nueva revista local en La Bisbal d'Empordà llamada "El Griu". Se habló y mucho de lo bonito y porqué no romántico, de palpar con tus manos las hojas de papel de una revista, periódico y por supuesto las fotografias. No es lo mismo ver en ordenador o ver la impression de lo dicho anteriormente. Algunos en la presentacion hablavan de la "muerte" de todo lo impresso. Espero que no sea así, y tengamos talentosos personajes que en esta era de la tecnologia se propongan a abrir un medio de comunicacion que podamos comprar en la libreria.
Grácias por tus publicaciones, son muy interesantes. Hasta pronto.
Jordi Rafel
Supongo que mientras haya libros impresos, revistas o diarios, habrá fotografías impresas. Estoy convencido que así será aunque sea minoritario.
Y también tendremos que ser eternos estudiantes con todos estos nuevos formatos informáticos que aparecen y desaparecen tan rápido para visualizar imagenes.
Gracias por la visita, Jordi. Un día de estos nos vemos en la Bisbal!!
Yo creo que todos debemos cambiar y adaptarnos a los tiempos actuales y a lo que estos marquen, que actualmente es internet y las TAC, ya que se podría afirmar que las Nuevas Tecnologías y las TIC ya estan desfasadas. Pero también pienso que, a pesar del paso de los años y que la sociedad y sus conocimientos evolucionen, nunca jamás una pantalla de ordenador podrá sustituir un buen libro o, en etste caso, una buena fotografía.
A modo de ejemplo, vendría a ser como el romanticismo o la caballerosidad, ya no se lleva mucho entre los jóvenes de hoy en día, pero yo soy de las que sigue pensando que lo cortés no quita lo valiente.
Así es, Cris. Siempre habrá gusto para todos. Para los que gusten de un buen libro ya sea físico o electrónico, habrá siempre un mercado.
Y tampoco tiene que desaperecer el romanticismo o el respeto…eso nunca.no hay concesión!!
Un abrazo
La verdad es que a día de hoy según mi opinión no hay nada que pueda superar a un libro físico.Lo primero que hago al comprar uno es oler el papel,acariciar la textura y pensar
si voy a escribir en él con mi super rotulador o lápiz.
Cuando el libro es de fotografía aun valoro más todas las virtudes sensoriales.
Para mi el formato digital sigue siendo para lectura de consumo rápido que no vas a consultar continuamente y menos amar.También me gusta saber que ese ejemplar que he adquirido no es tan fácil de reproducir como un copiar y pegar de por ejemplo un fichero pdf(dime fetichista).
Un saludo.
la imagen no morirá, es imposible. Por las letras impresas no daría demasiado crédito.
Preciosa expo esa, tanto como las fotos que mostraba.
Estoy seguro de que no desaparecerán, sería como desaparecer nosotros.
Me gusta lo que cuentas, Albert. Con esa mirada y ese sentimiento, es muy posible que el libro como objeto no se pierda así porque si..un abrazo, compañero!!
En el fondo tengo ciertas dudas de como será el futuro..pero de algo estoy convencido es que el libro sea el formato que sea, tendrá un valor diferencial!! gracias por pasarte por aquí, Dante!!
Si..la gran memoria colectiva de nuestro humanidad se perdería..aunque como siempre pasa, existen algunas comunidades que mantienen una fuerte tradición oral tan sólida como la de los libros..pero eso ya es otro tema!! Un abrazo, Agustín!!