En muchas ocasiones, en entrevistas, Wim Wenders se refería a que una película tiene que tener alma y Andrei Tarkovski, a su manera, señalaba que un film debe transmitir vida.
Fotograma de Movimiento en Falso (1975) dirigido por Wim Wenders
«No quiero generalizar este hecho – comenta Wenders en El Acto de ver: textos y conversaciones – porque seguro que no se cumple para todas las películas. Muchas no necesitan ningún sueño. Son resultado de un cálculo y, por consiguiente, no son una inversión de naturaleza emocional, sino económica. Pero no me refiero a estas películas. Hablo de las que tienen alma, en las que se nota un centro, las que irradian una identidad. Todas esas películas, sin excepción, han sido soñadas, estoy seguro de ello».
En otras palabras, en el cine contemporáneo está saturado de buenos ejecutantes visuales y poca alma, poca vida. Lo importante y para no parecer nilhista, esas “buenas improvisaciones visuales” necesitan o, para ser más preciso, necesitan encontrarse con una narración, a un relato creíble, verosímil: honesto, cercano, existencial que nos hable desde el alma y desde la vida porque me interesan más “las canciones vitales” que grandilocuentes ejecuciones visuales.
Fotograma de En el Curso del Tiempo (1976) dirigida por Wim Wenders. Director de fotografía: Robby Müller
Ya está todo hecho tanto en el cine como en la fotografía. Por ese motivo, no me cabe dudas que hay que intentar hilvanar todo ello (como a las buenas fotografías) en una buena idea (aunque sea simple y ejecutarla y hacerla tuya con mucha pasión). Desde esa perspectiva, tanto el cine como la fotografía tendrán mucho presente y futuro y la carretera nos esperará con mucha ilusión.
«Nada es original. Roba de cualquier lado que resuene con inspiración o que impulse tu imaginación. – señala Jim Jarmusch en el portal MovieMaker – Devora películas viejas, películas nuevas, música, libros, pinturas, fotografías, poemas, sueños, conversaciones aleatorias, arquitectura, puentes, señales de tránsito, árboles, nubes, masas de agua, luces y sombras. Selecciona sólo cosas para robar que hablen directamente a tu alma. Si haces esto, tu trabajo (y robo) será auténtico. La autenticidad es incalculable; la originalidad es inexistente. Y no te molestes en ocultar tu robo, celébralo si tienes ganas. En cualquier caso, siempre recuerda lo que dijo Jean-Luc Godard: <No es de donde sacas las cosas, es en donde las pones>.”
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