«de aprehender de un mundo falto de sensibilidad
que precisa ser transformado a través de las imágenes”
Harry Gruyaert
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Al igual que Harry Gruyaert, en la década del ’70 del siglo pasado, Miguel Rio Branco abrazó la influencia de la pintura para reconsiderar la realidad desde una perspectiva nueva. Con toda esta carga simbólica, el fotógrafo brasilero comenzó un proyecto en 1979 en unos espacios públicos de Salvador de Bahía (en Pelourinho) habitados sólo por prostitutas y elementos marginales de la sociedad.
El fotógrafo brasileño influenciado por la pintura de Francisco de Goya (en especial, su serie Pinturas Negras), recrea esa sensiblidad goyesca con imágenes crudas, oscuras, que generan una extraña sensación de pesimismo, de enigma y espacio irreal. Dulce Sabor Amargo finalmente publicado en 1985 trazó un paralelismo entre el lado sensual y vital de la ciudad y su lado histórico. Es un ensayo visual sobre la vida y la muerte. La fascinación de Rio Branco por estos lugares de fuerte contraste reside esencialmente en el poder de los colores y la luz tropical que transmite a través de su sensibilidad pictórica. “Es muy cercano a Goya, es verdad, quería presentar a las prostitutas en su lado más duro sin dejar de manifestar cierta sensualidad”.
Hace poco, Taschen ha reeditado Maldicidade, un proyecto que Rio Branco había publicado en el 2014 y que une cuatro décadas de trabajo y varias ciudades despojadas de información de subtítulos, de lugar, de tiempo. En donde el autor busca transmitir un reflejo universalista y pulsante de los instintos más bajos de la humanidad, de la disparidad entre ricos y pobres, la delgada linea entre fealdad y belleza.
«Este libro fue para mí una declaración catártica: incluso si siempre encontraremos grandes personas en estas megalópolis, las ciudades están enfermas. Enfermo debido a las enormes cantidades de miedo y paranoia, enfermo por la poca gente que realmente se ayuda entre sí, más concentrados ya que están tratando de sobrevivir lo mejor que pueden. Y también están enfermos por las enormes disparidades entre ricos y pobres, algo que nunca se resolverá realmente en ciudades que tienen millones de habitantes» comenta el polifacético artista visual brasilero.