El bar del Che Guevara

Copyright Alberto Korda

Desde que el gran fotógrafo cubano Alberto Korda captó en 1960 con su vieja Leica aquella famosa fotografía del Che Guevara , nunca se imaginó que se iba a convertir en un icono mundial.
Pero como siempre sucede con los personajes de la historia, esa imagen tan representativa de su legado se ha interpretado de diferentes modos a través del tiempo, de las modas, de los contextos y de las ideologías.
Al principio esa imagen fue un símbolo de las revoluciones mundiales y durante mucho tiempo lo fue.
En épocas más recientes esa simbología cambió de vestido y se reconvirtió en un icono de transgresión juvenil, también de idealismo y hasta de cambios cotidianos o existenciales. Así lo viví durante los convulsionados años ochenta cuando era estudiante de periodismo en La Plata (Argentina) y mi país sobrevivía inmerso en una democracia débil luego de varios años de dictadura militar.
Pero el sueño acabó como decía John Lennon y con el tiempo este discurso nuevamente se mudó de ropa. La representación del Che es ahora sólo una imagen que genera dinero. Desprovista del valor semántico original, sólo es una imagen de consumo que adorna vestimentas de tiendas de moda de las ciudades como la que pueden observar aquí abajo.

       Sin embargo, ante tanto vacío de significado social, la figura del Che sigue siendo para algunos nostálgicos un camino a seguir o, dicho de otro modo, un negocio social a seguir.
Es el caso de Luis Tavares a quien conocí en Portugal. Este portugués posee un bar en Ponte de Lima, un pequeño pueblo del Minho. Pero no es uno cualquiera.
Recuerdo que cuando entré por primera vez, la guajira de Carlos Puebla «Hasta Siempre, Comandante» sonaba a todo volumen desde un viejo tocadisco Wincofón y en pocos minutos estaba sumergido en un túnel del tiempo junto con Luis.

La vida de este hombre fue y es bastante peculiar. En los años setenta durante la dictadura de Salazar era un activista político de izquierda que tuvo que exiliarse y se fue a vivir a Alemania.
Hace 20 años volvió a su tierra de origen. E inauguró un pub dedicado a la figura del Che. “Lo que me interesa de verdad es recordar su figura, este negocio solo me da de comer” señala Tavares.
Con los años Cervejaria Rampinha se convirtió en un verdadero museo de imágenes, objetos, dibujos, discos de vinilos de cantantes de protesta cubanos y recibió todo tipo de visitantes y entre ellos, a uno ilustre: Camilo Guevara March, uno de los hijos del Che.

Luego de compartir unas cervezas, más relajado, me contó que la municipalidad del pueblo siempre buscó todo tipo de pretexto legal para cerrarle el local. “¡nunca pudieron esos bastardos!. Siempre pagué todos mis impuestos y respeto las reglas del juego y así resisto” – señaló con cierto aire “revolucionario” el portugués y concluyó con una suerte de epitafio– “ gracias a este bar, perdura el legado del Che para los jóvenes turistas que la visitan”.

Acerca de marcelocaballero

Marcelo Caballero. Fotógrafo, poeta
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7 respuestas a El bar del Che Guevara

  1. Anónimo dijo:

    Pasé una noche maravillosa en ese lugar, rodeada de gente amable, habladora y con Luis de anfitrión. La música inmejorable: desde los Ronling Stones hasta los mejores fadistas portugueses. Un lugar único!

  2. Hoje 15 de Janeiro de 2012. Partiu o Luis Tavares nos ventos do fim da vida física. Fica a sua vida eterna na memória de todos os momentos nos tempos de sempre.

    Rumbando

    Com café e rum
    na mesa tropical
    servidos em louça cristalina
    irradiando toques de tranquilidade
    em tarde amena de Outubro

    Toalha de aventuras
    pintadas em aguarelas
    sonhadas da eterna firmeza
    dos encontros de Agosto
    essência de criatividade mítica
    força dos quadros memoriais
    da guevariana Rampinha

    Com café e rum
    transitando por caminhos
    fraguados com sombras míticas
    das imperiais Palmeiras
    em tarde amena de Outubro

    Em passos suaves de rumba
    fazendo tremer a terra distante
    com suaves gestos nostálgicos
    tocados na batida dos tambores
    rumbando a café e rum

    Na mesa tropical dos sonhos
    feitos ternura solidária
    transitando por caminhos tropicais
    rumbando com café e rum
    em tarde amena de Outubro

    Rua do Souto, 15 de Agosto de 2012

    Tarquínio Vieira

  3. Como podes verificar a data anunciada tem um erro no ano é 2013 e não 2012. Se puderes corrige. Um abraço desde Ponte de Lima.

  4. Eduardo Iglesia dijo:

    Que gran reportaje Marcelo!. Recién acabo de descubrirlo (y descubrirte). Acabo de comentar también tu artículo sobre el libro más caro de fotografía que conozco.

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