Escribir haikus con la fotografía

Algo de todo ello hacía  Yasuhiro Ishimoto que recurría a la economía
de formas, líneas, sujetos para potenciar sus composiciones fotógraficas.

En el ocaso de su vida, este fotógrafo japonés ( que en su juventud supo
brillar como uno de los alumnos sobresalientes de la Escuela de Chicago)  publicó
en el 2007,  un inquietante libro
realizado en una de las áreas más densamente pobladas de Tokyo,  famosa por sus centros comerciales, tecnología
y vida nocturna: Shibuya, Shibuya.

Y digo inquietante porque Ishimoto capturó la esencia de
este barrio a través de las espaldas de los peatones,  lo que obliga a repensar
cosas: acciones, escenas que están fuera de la imagen y ese detalle me gusta mucho:
sugerir más que mostrar.

Salvando las distancias y las perspectivas de composición,
este trabajo de Ishimoto se acerca, e mi opinión,  al de Mark Cohen o de mi amigo y fotógrafo
de Calle 35: Jordi Beltri en esa búsqueda casi obsesiva de insinuar sólo algunas partes de una persona; yendo de lo particular a lo general. 

Un gran libro de casi 200 páginas que merece estar en
cualquier biblioteca exigente de un fotógrafo de calle.