La fragilidad del vagabundeo

Es una calle larga y silenciosa. / Ando en tinieblas y
tropiezo y caigo / y me levanto y piso con pies ciegos / las piedras mudas y
las hojas secas..

Octavio Paz 

Cuando hablamos de la tan mentada “buena composición” en fotografía de calle: hablamos de cómo rellenar con criterio el encuadre con objetos de interés; qué incluimos, qué excluimos; hablamos de «leer» a los grandes fotógrafos;  y también que nuestra mente es la mejor cámara y lo que tenemos representado allí, de alguna manera “sale” en nuestras imágenes. Pero casi nunca, hablamos del vagabundear por las calles, un requisito tan poco tolerado en nuestras sociedades contemporáneas como el silencio: y que se contrapone a las exigencias del rendimiento, de la urgencia y de la disponibilidad en el trabajo.

(c) Sara Terry. Bosnia, 2002

En ese contexto de cosas, el vagabundeo por las calles es tan necesario en la composición como el aire para los pulmones. Es un complemento indispensable para reflexionar lejos de las urgencias, para intentar resolver los frágiles problemas visuales que diariamente nos encontramos en los espacios públicos.

(c) Alex Webb. Madrid, 1992

 “Sólo sé como acercarse a un lugar caminando. Qué hace un fotógrafo, sino caminar y observar y esperar y hablar; y luego observar y esperar un poco más, tratando de mantener la confianza de que lo inesperado, lo desconocido, o el corazón secreto de lo conocido espera a la vuelta de la esquina” señala Alex Webb.

Además,  el caminar “en modo vagabundeo” implica posicionarte de diversas maneras, de explorar un sinnúmero de nuevas perspectivas; que ayudados por la luz pueden revitalizar ,con nuevos aires, la cotidianidad de tu entorno. Y eso ya es una aventura maravillosa cada día.

(c) Lee Friedlander. Baltimore, 1968

En ese sentido, Garry Winogrand nunca dejaba de repetir en sus charlas que “si veía algo a través de mi visor que me resultaba familiar, hacía algo para cambiarlo” y eso tenía que ver con la ayuda reflexiva del vagabundeo y el cambio continuo de perspectivas de composición.

Mi intención – comenta David Le Breton en Elogio delcaminares más bien hablar acerca de ese caminar consentido que se hace con placer en el corazón, ese que invita al encuentro, a la conversación, al disfrute del tiempo, a la libertad de detenerse o de continuar el camino. Una invitación al placer y no quía para hacer las cosas correctamente. El goce tranquilo de pensar y de caminar”.

(c) Garry Winogrand. Nueva York, 1962

 Hasta pronto!

 

Acerca de marcelocaballero

Marcelo Caballero. Fotógrafo, poeta
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